PAZ ESCALA A LA FELICIDAD

Emma siempre se consideró muy afortunada por lograr a temprana edad un estatus social y comodidades solo accesibles para profesionales de amplia trayectoria: un hogar amplio, muebles de excelente calidad, decoraciones hechas con materiales originales como maderas finas, cristales tallados, elementos de diseños exclusivos, piezas de arte contemporáneo y áreas verdes. Emma poseía un auto de bella línea y tecnología, un matrimonio estable, un grupo de amigos sinceros, buena salud en la familia, un par de hijos tolerantes y dedicados.

Su trabajo le dejaba tiempo para atender asuntos personales, familiares y del hogar; sus habilidades de comunicación siempre la llevaron un paso adelante, cuando de causar una buena impresión se trataba. Era común verla integrándose de maravilla en nuevos grupos de temas en tendencia, como el uso de herramientas digitales y el mejoramiento del medio ambiente.

Como mujer se sabía dueña de una habilidad multitareas que había podido potenciar con esfuerzo asistiendo a un buen número de cursos sobre desarrollo organizacional y administración de empresas entre otros. Esta pericia unida a su actitud positiva y persistencia terminaba siempre dándole excelentes resultados para llegar a los objetivos trazados.

Fue durante una tarde, cuando regresaba de su entrenamiento en el gimnasio, cuando recibió la llamada de una buena amiga de la universidad, quien entusiasta le describió una atractiva oportunidad laboral colaborando con ella en el crecimiento de su compañía de reciente creación.

Se trataba de un puesto de trabajo con las mismas responsabilidades a las que estaba acostumbrada, pero con mejores condiciones económicas. No pudo evitar sentir una emoción recorrer su cuerpo y pensó en una frase hecha “El que no se arriesga no gana “al día siguiente acepto la propuesta después de la consulta familiar donde el enfoque se centró en el aprovechamiento de las oportunidades.

En sus primeros días en la nueva empresa, entre los recorridos por las instalaciones nuevas y las presentaciones con el equipo de trabajo todo transcurrió inmejorable, sentía el palpitar de su corazón con la emoción del crecimiento personal acentuado con el cambio de rutina y los nuevos contactos. Conforme pasaban las semanas su agenda se fue llenando con proyectos apasionantes, haciendo que las mañanas trascurrieran casi sin darse cuenta, nada fuera de lo común en cuanto al tipo de trabajo, aunque superado en volumen a lo esperado era el tipo de actividades que siempre deseo hacer. Era su trabajo soñado.

En algunos momentos añoraba el tiempo disponible en su antiguo trabajo, beneficio producto de una organización muy bien pensada, incluso con momentos para tomarse un café mientras leía las noticias de interés. Así fue como en lugar de tomarse algunos minutos para su bienestar personal, terminó dedicándole horas de su tiempo libre a tareas nuevas para cumplir en tiempo y calidad con las exigencias.

Esto hacia ver la decisión de contratar a Emma como todo un éxito de la compañía y su amiga de la universidad y actual jefa parecía orgullosa de haber conseguido la incorporación.

Con el paso de los días el agua parecía tomar su cause, incluso los días mas soleados y la floración de arboles y plantas propias de la primavera parecían predecir próximos días de felicidad. El reto era volver a disfrutar de tranquilidad durante las jornadas de trabajo, ella estaba convencida que solo era cuestión de hacer una minuciosa revisión de actividades, implementar mejoras en su productividad para que todo marchara sobre rieles. Fue con esos pensamientos que sorprendió a Emma la llamada de su amiga y jefa encargándole algunas tareas de apoyo ya que no había podido presentarse a trabajar por estar padeciendo malestares que terminaron por llevarla al doctor y no a la oficina. El diagnostico acorde con la época era una infección intestinal aunque no podía descartarse una infección por SARS-COV 2 por lo que tendría que hacerse un examen que en caso de ser positivo de acuerdo con las políticas de la compañía debería cumplir con un aislamiento de 15 días. Termino la llamada consternada, Esa situación la volvía a saturar de actividades y ya no era posible dedicarle mas tiempo al trabajo bajo el riesgo de perder su estabilidad en las actividades de la casa. Definitivamente estaba fuera de su área de confort.

Esa tarde de regreso a casa Emma podría decir con seguridad estar pasando por uno de los días más atareados en los últimos años, los pendientes no dejaron de acumularse a lo largo del día en el trabajo. En casa requerían su atención algunos pagos de servicios, ordenar suministros y atender algunas otras actividades de rutina. Finalmente, los colores anaranjados brillantes iluminando el horizonte indicando el final del día. Un respiro para reorganizarse y cargar fuerzas pensó. Algunas tardes en primavera son frías y la sensación en el cuerpo cuando comienza el descenso de temperatura es muy poco placentero, el aire frio parecía recorrer su piel levemente reseca por el paso del invierno, un cansancio corporal generalizado parecía apoderarse de todos los miembros dificultando el libre movimiento. En estos momentos empezó a preguntarse sino era más un cansancio mental que físico.

Esa tarde abrigada con el calor familiar y una bebida caliente, vistiendo prendas gruesas que la hacían sentirse abrazada, logro olvidarse por un momento de los trabajos pendientes y del frio de la temporada; busco en sus listas de reproducción música con sonidos suaves. Encendió con extraordinaria facilidad la chimenea de diseño moderno que disfrutaba en el interior de su hogar sin emitir contaminación alguna: una de sus mejores inversiones en un día de las madres.

Una vez que la ambientación estuvo lista, la conversación surgió con facilidad, los comentarios de las actividades de interés para la familia se compartían pasando de lo importante a lo trivial, incluyendo prudentes momentos de silencio entre propuestas o proyectos. En uno de esos silencios los colores cálidos de la chimenea y el movimiento de las flamas distrajeron su atención y en ese momento, observando a su familia concentrada en la plática, sintió como se apoderaba de todo su ser una paz que no le era desconocida, tal vez ahora más valorada después de las agitadas semanas. Esa sensación capaz de revitalizar el cuerpo y la mente, empezó de repente a llenarla de alegría, los pensamientos positivos se agolparon en un momento y tuvo la certeza de que todas las complicaciones tendrían solución en el momento preciso. Se sintió muy satisfecha al darse cuenta de que la inversión en su espacio familiar de convivencia era también una inversión en vivencias inolvidables.

Sus preocupaciones pasaron a un segundo lugar instantáneamente, mientras se nutría del momento.

Su mente más relajada contemplaba a los participantes de esa reunión: su familia. Todos al igual que ella seguramente durante la jornada lidiaron también para solucionar los problemas producto de decisiones personales o familiares, cada uno llevaba su ruta en busca de la felicidad, sin duda una experiencia que no admite recetas, un recorrido único y personal, por muchos descrito como extraordinariamente sinuoso como había podido constatar por propia experiencia. Lo que podía percibir como real, era la seguridad de que después del esfuerzo regresarían a hacer escala en ese espacio que siempre les había inspirado para compartir las anécdotas y silencios, rodeados de naturaleza, al amparo del calor reconfortante del fuego.

¡ Habían creando su espacio seguro en el hogar.!

" Tu también como Emma "

" transforma tus ambientes con fuego decorativo “